domingo, 25 de noviembre de 2007

Sexo Animal



En el reino animal, el sexo no se puede interpretar de la misma manera que en la especie humana, a pesar de nuestro antropomorfismo o atribución de la conducta humana a los animales. Aunque la mayoría de las acciones sexuales se deben a una mera razón reproductiva, a pesar de que ellos no lo sepan, en otras se producen simplemente por una sensación de satisfacción, como es en el caso de los delfines o los bonobos. Uno de los primeros en observar este comportamiento fue el filósofo griego Aristóteles en un grupo de hienas.

• El bonobo es el paradigma del sexo sin complejos y la bisexualidad. Esta especie de chimpancé enano tiene un comportamiento social sexual muy importante, siendo utilizado como saludo, como resolución de conflictos y reconciliación, y como favores negociados por las hembras a cambio del alimento. Realizan: felaciones; onanismo o masturbación en ambos sexos; besos complejos, frotaciones macho-macho; sexo genital hembra-hembra para establecer relaciones sociales entre ellas; y por supuesto, coito hembra-macho. Tampoco discriminan en sus comportamientos sexuales según el género o la edad, a excepción de las relaciones sexuales entre madres y sus hijos adultos.

• En el caso de las cabras, al contrario que con los bonobos, los machos consiguen comida de una hembra a cambio de una cópula.

Los bonobos son los reyes de la desinhibición sexual dentro del reino animal, con frotamientos, felaciones, favores sexuales, relaciones homosexuales…

• El macho la mantis religiosa es ingerido por la hembra mientras realizan la copulación. La hembra sujeta a su pretendiente contra el tórax y comienza a devorarlo, empezando por los ojos. Continúa su banquete destruyendo un grupo de nervios situados debajo de la garganta, que controlan la conducta sexual, esfumándose todas las inhibiciones, haciendo que el macho sin cabeza se agite frenéticamente, empujando con el mayor desenfreno posible mientras vive. La hembra guarda la carne de los órganos sexuales del macho para la última parte de su festín. El objetivo de esta acción es proporcionar alimento a la madre en gestación para que así la probabilidad de éxito de la descendencia sea mayor.

• También existen estrategias para poner freno al frenesí sexual. Una especie de tortuga, por ejemplo, junta las patas si no desea aparearse. Un delfín hembra, cuando no está dispuesta, con la aleta da un golpe corto y seco en la cabeza, o el pene, del pretendiente. La rana venenosa sólo copula debajo de un lecho de hojas. La hembra de un tipo de mosca no satisface a su amante hasta que el macho ejecuta una danza nupcial con un velo hilado por él.

• En las especies en que los machos son muy agresivos, hasta llegar a matar a las crías, las hembras toman dos caminos, o eliminarlos casi por completo -como en algunas especies de peces o cabras, que carecen prácticamente de machos- al no permitir su reproducción, o bien se buscan un protector que ahuyente al violento, como hacen las leonas, las elefantas, la foca monje o la foca elefante.

• En el caso de las focas, los machos llegan primero al territorio y se pelean entre ellos. Cuando van llegando las hembras, el macho fuerte las recoge y las lleva hasta el harén. Las hembras se van con el primero que llega porque, si no, los demás machos las matan. Son tan agresivos que, incluso, llegan a matar a la hembra antes de reproducirse. Eso también ocurre con las cabras.

• Si hablamos del “miembro” del macho o pene, la ballena azul excitada ostente un pene de tres metros de largo y un diámetro de un metro, pero proporcionalmente a la masa corporal, el pene más grande es el del piojo, cincuenta veces su tamaño.

• El percebe (pequeño invertebrado marino) tampoco se queda corto, su miembro es unas veinte veces la longitud total del animal. Los gorilas poseen penes relativamente pequeños, aunque el pene de menor tamaño entre los vertebrados pertenece a la musaraña, cuyo miembro viril es de unos 5 mm.

Los delfines y algunos primates, son los únicos animales, junto con el hombre, que sienten satisfacción con el sexo...

• El pato de laguna argentino tiene el pene más largo entre los vertebrados proporcionalmente a la masa corporal. Su miembro viril está enrollado en estado flácido. En estado erecto, es común que su pene mida la mitad de la longitud del cuerpo, es decir, unos 20 cm, aproximadamente; no obstante, se documentó el caso de un espécimen con un pene de 42.5 cm. Se cree que estos tamaños tan importantes pueden tener relación con la competencia existente entre estas aves promiscuas.

• Uno de los tentáculos del calamar nautilus es su órgano reproductor; cuando tiene el saco espermiótico lleno lo suelta y lo manda al agua; como si llevara un GPS, el saco sabe dónde está la hembra. Cuando ésta empieza a ovular el saco le entra dentro y se abre; mientras, el calamar macho no se ha enterado de nada. Los tienen mejor las sepias: se besan durante horas porque su bolsa espermiótica está dentro de la boca.

• La homosexualidad también es muy difundida en el reino animal. Las chinches almacenan el esperma de sus amigos en los cuerpos, para luego depositarlo en una hembra; los gansos forman vínculos homosexuales y cuando una hembra celosa interrumpe a la pareja, nace un ménage a trois. Se ha encontrado que este tipo de contacto se describe en más 1500 especies (leones, elefantes, cebras, gorilas, jirafas, bisontes, lobos, delfines, ballena azul, orcas…)

Los cerdos tiene orgasmos que pueden llegar a los 30 minutos...

• La mayor anarquía sexual se encuentra entre los chimpancés. La hembra en celo copula con toda una fila de machos que esperan pacientes su turno, sorprendentemente, sin pelearse. La chimpancé se asegura quedar preñada y provoca confusión en la paternidad de las crías; así, si un macho cree que una cría es suya quizá se abstenga de matarla.

• Las tigresas usan al macho sólo para la reproducción y luego se van, propinando fuertes zarpazos al macho después de la cópula, aunque puede volver a mostrarse atenta de nuevo al poco después. Esas cópulas duran segundos.

• Dentro del reino animal también existe la violación, que puede ser individual -la abejaruca africana corre serio peligro si se aventura fuera del nido- y colectiva -los ánsares nivales acorralan entre varios a una hembra y la violan por turno-.

• El onanismo o masturbación es frecuente dentro del reino animal; está documentado en felinos, cánidos, roedores y en todos aquellos animales flexibles capaces de doblarse sobre sí mismos.

• Los puercoespines se bañan en líquido dorado, es decir, el macho orina sobre la hembra antes de la cópula. Una hembra solitaria suele estimularse con un palo.

• Sobre las posiciones, hay mil y una. Los caballitos del diablo son libélulas que lo hacen en el aire y ambos deben levantar mucho sus colas, formando un corazón con ellas en el aire. En el lado contrario estaría el hipopótamo, que tiene que copular dentro del agua porque sus huesos son muy frágiles y además su peso los hundiría en la tierra.

• Los papás cocodrilos son buenos padres, conocidas son las 'lágrimas de cocodrilo', que en verdad no son lágrimas sino sudor o grasa que les sale de los ojos tras el esfuerzo realizado. El cocodrilo macho se encarga de llevar con la boca cría a cría, una vez eclosionados los huevos, del nido que previamente ha hecho, hasta el agua más próxima.

• Los rinocerontes emplean hora y media en el acto central del apareamiento y sus embestidas son de antología. Pero el ideal de cualquier hombre sería ser león, ya que algunos pueden copular hasta 50 veces al día. O quizás cerdo, al tener orgasmos que pueden llegar a durar 30 minutos…


Fuente. TheScientificCartoonist.


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