miércoles, 4 de julio de 2007

La TV que no te ve.



- ¿Que dicen las encuestas?

- Que vamos primero, lejos. Arrasamos con toda la competencia.

- Qué bien, che, y ¿han habido cuestionamientos respecto a que la mujer del jefe sea una de las principales candidatas?
- No, parece que eso no es discutido, al contrario, todos la alaban, no sé si porque se lo merece o por halagarlo a él... Aunque no podemos negar que es bastante capaz por sí misma, también portar el apellido del capo le da cierta brillo extra.
- ¿Alguien criticó eso de “ser juez y parte”, que hubiera posible corrupción o presión o favoritismo al momento de tomar decisiones, debido a la familiaridad o la amistad?
- Para nada, aparentemente están todos conformes, hasta parece que los divierte. Ha de ser que confían tanto en la imparcialidad de los jueces que a nadie se le ocurre que puedan beneficiar a sus parientes y amigos. O que no les importa...
- ¿Qué dicen de las propuestas que están en juego? ¿Les parecen proyectos interesantes, trascendentales, socialmente útiles?
- La verdad que ni idea, de eso nadie habla... Entre nosotros, ni yo recuerdo cuáles son.
- Y de los que acompañan a los principales, ¿qué dice la gente?.
- Poco, la mayoría no recuerda ni los nombres, ni de dónde vienen, sólo con quién van. Pero como sirven para justificar la participación, son útiles. Y los votantes, son miles, millones... Y eso que el voto no es obligatorio y cuesta unos buenos pesitos...
- Me quedé pensando en el tema de los niños presenciando escenas que no corresponden a su edad...
- No te preocupes, los niños miran y viven miseria, violencia, hambre, abusos sexuales en las calles, las villas, en la vida real. ¿Qué mal les puede hacer ver un poco de caño por tv?
Bailando por un sueño es un verdadero éxito. La TV es un fiel reflejo de la realidad, y eso no es pura coincidencia.
Me pregunto si hay algún organismo capaz de multar a los responsables de la existencia de la mortalidad, la prostitución y la delincuencia infantil, la deserción escolar, la mendicidad obligada. La diferencia está, quizás, entre lo que se exhibe masivamente (y además, es rentable) y lo que se oculta a los ojos y a la conciencia. Es lo que SE VE versus lo que NO SE VE. O no se quiere ver.
Me pregunto qué pasaría si la participación electoral en Argentina fuera voluntaria y paga en vez de obligatoria y gratuita. Quizás nos preocuparíamos un poco más por lo que metemos dentro del sobre en la urna.
Por Nanim Rekacz

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